Colusión
La colusión se produce cuando dos o más partes colaboran para engañar a otra. Estas modalidades suelen describirse como un delito de “cártel”, “antimonopolio” o “contra la competencia”. Suele producirse en las licitaciones. El cliente que convoca las licitaciones no se enterará de la colusión entre los licitadores. Normalmente, en estos arreglos el cliente acaba pagando más de lo que habría pagado si hubiese existido una verdadera competencia. Estos arreglos son un tipo de fraude, pero muchos países han tipificado estos actos en una categoría penal distinta.
Ejemplos:
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Manipulación fraudulenta de licitación: Varios contratistas acuerdan que cada uno de ellos fingirá competir en todas las licitaciones más importantes pero decidirán de antemano cuál de ellos ganará cada licitación. Seguidamente, el contratista elegido por los demás contratistas para ganar una licitación notificará a los demás su precio ofertado antes de presentar su licitación. Entonces, los demás contratistas ofertarán un precio superior para asegurarse de que el contratista preseleccionado gane la licitación. El contratista que obtiene el contrato podrá fijar un precio superior para la realización del proyecto que si hubiese habido verdadera competencia. Si se adjudican suficientes proyectos, cada contratista tendría la oportunidad de que se le adjudicase un proyecto a un precio más alto.
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Fijación de precios: Los proveedores de materiales compiten entre sí en los proyectos, pero acuerdan que los precios ofertados nunca estarán por debajo de un precio acordado previamente.
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Cuantía para los perdedores: Es una condición (expresa o implícita) de una licitación que cada contratista licitador no seleccionado asuma sus propios costes de licitación. Antes de presentar la oferta, varios contratistas que compiten acuerdan que cada uno de ellos incluirá en el precio ofertado una suma adicional de dinero acordada que represente los costes totales de licitación estimados de todos los contratistas competidores. El contratista a quien se adjudique el contrato, sea cual sea, dividirá esta cuantía entre todos los demás contratistas, que de esta manera recuperarán los costes de licitación. El propietario del proyecto cree que los contratistas no seleccionados asumen sus propios costes. Por lo tanto, el propietario del proyecto está pagando sin saberlo más de lo que habría pagado si los contratistas no seleccionados asumiesen sus propios costes de licitación.
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Precios encubiertos: Los licitadores que no quieren ganar el proyecto (por ejemplo, si tienen demasiado trabajo) pueden licitar para conservar la imagen de competencia o para permanecer en una lista de licitación pública. Sin embargo, los licitadores que desean obtener el contrato les notificarán el precio ofertado antes de la licitación y ellos licitarán a un precio más alto para no ganar el contrato. Así el contratista seleccionado puede conseguir un precio más alto si no existe verdadera competición.